2025-10-08-17:12:21 319
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) afirmó el pasado viernes 19 de septiembre, a través de un comunicado, que está dispuesto a facilitar la liberación de cuatro personas retenidas en el departamento de Arauca: dos funcionarios del CTI de la Fiscalía General de la Nación y dos integrantes de la Policía Nacional.
Los secuestrados fueron identificados como Jesús Antonio Pacheco, Franki Hoyos Murcia, Yordin Fabián Pérez y Rodrigo Antonio López. Según el grupo guerrillero, su liberación depende exclusivamente de la “voluntad política” del Gobierno Nacional y de la Fiscalía, entidades a las que acusan de “intransigencia” frente a un posible acuerdo humanitario.
El anuncio del ELN se produce en medio de una creciente crisis humanitaria y de seguridad en Arauca, región donde se han intensificado los enfrentamientos armados, los atentados contra infraestructura petrolera y los asesinatos selectivos en los últimos meses. En el mismo comunicado, el grupo armado advirtió que continuará con las voladuras a los oleoductos Caño Limón-Coveñas y Bicentenario, así como con acciones ofensivas contra la Fuerza Pública.
El mensaje del ELN parece tener una doble intención: por un lado, proyectar una aparente disposición al diálogo al referirse a los retenidos como “prisioneros de guerra”; por otro, trasladar al Estado la responsabilidad política de una posible falta de avances en su liberación.
Este pronunciamiento también se da en el contexto de los diálogos de paz entre el Gobierno y el ELN, que, aunque oficialmente continúan en curso, enfrentan serias dificultades, como ataques armados, pérdida de confianza y ausencia de resultados tangibles.
Mientras tanto, las familias de los secuestrados y los habitantes de Arauca siguen atrapados en un clima de miedo e incertidumbre marcado por amenazas, secuestros, asesinatos de líderes sociales y una violencia estructural que golpea principalmente a la población civil.
Más allá del cruce de acusaciones entre el Gobierno y el ELN, lo cierto es que las familias de las víctimas siguen esperando una respuesta concreta que les devuelva la esperanza de reencontrarse con sus seres queridos.